Los colores de las Perlas de Tahití

La magia del color de las perlas de Tahití: entre genética, luz y tradición

Al hablar de perlas de Tahití, se suele imaginar una esfera oscura de brillo metálico. Pero más allá del nombre “perla negra”, existe una rica paleta cromática: verde esmeralda, rosa berenjena, gris plateado, azul profundo y bronce dorado. ¿Cómo surgen estos matices?

La clave está en una combinación entre biología, condiciones marinas y el trabajo del perlicultor.

La ostra madre: Pinctada margaritifera

Las perlas tahitianas se cultivan en una ostra única del Pacífico: la Pinctada margaritifera var. cumingii, conocida por su labio negro. Esta característica anatómica juega un papel clave en la coloración de la perla.

La perla se forma alrededor de un núcleo insertado manualmente, gracias a la nacre secretada por la ostra, compuesta de capas alternas de aragonito y conquiolina.

Un juego de luz y capas

A diferencia de otras gemas, el color de una perla es el resultado de la interferencia de la luz, que atraviesa la nacre, se refleja, y crea un efecto iridiscente llamado “orient”.

La estructura, grosor y transparencia de las capas determinan la tonalidad final.

Factores que determinan el color

El color de una perla depende de: El color de la nacre del donante, usada como injerto.
La genética de la ostra receptora, responsable de la secreción.
Factores del medioambiente, como profundidad, temperatura o salinidad del agua.
Tiempo de cultivo: a más tiempo, más capas y más profundidad de color.

Sin teñido: colores 100% naturales

Las perlas de Tahití no se tiñen. Su color es completamente natural, sin tratamiento químico.

Tonos destacados: Pavo real (peacock): verde, azul y bronce combinados. Gris plateado: luminoso. Berenjena / Pistacho: muy exóticos. Azul acero o marino: raros. Bronce: cálido y refinado.

Clasificación precisa por color

Al ser cosechadas, las perlas se clasifican según sus tonos. Los expertos reconocen más de 100 matices distintos.

¿El futuro: controlar el color?

En Tahití se investiga la genética de la coloración para seleccionar ostras que produzcan colores raros.

Pero por ahora, la naturaleza sigue siendo la artista principal. Cada perla es una creación única e irrepetible.