Las etapas del perforado de una Perla de Tahití

Perforar una perla de Tahití es una operación delicada que requiere gran precisión.

Cada perla es única en su forma: un error de medio milímetro puede romper la armonía del montaje final.

Este trabajo minucioso combina técnica, pericia y sentido estético.

 

1. La selección de la perla

 

Antes de cualquier intervención, la perla se examina cuidadosamente.

Determino su forma, diámetro, simetría, la posición de posibles defectos y sus reflejos más bellos.

Según su uso futuro — colgante, pendientes, anillo o pulsera — determino el tipo de perforado a realizar: simple o pasante.

Cada joya exige una técnica distinta.

 

2. El marcado del punto de perforación

 

El paso siguiente consiste en marcar la ubicación exacta del orificio.

Este marcaje es crucial: debe quedar perfectamente centrado para garantizar un equilibrio visual y una fijación estable de la joya.

 

3. La sujeción de la perla

La perla se mantiene firmemente en un soporte adecuado, a menudo de goma, para evitar cualquier vibración.

El objetivo es garantizar una estabilidad absoluta durante la perforación.

Esta sujeción protege el nácar de microfisuras y asegura la posición perfecta del orificio.

Mordaza de perforación

 

4. Elección del taladro y de la broca

La perforación se realiza con un taladro especial equipado con una broca de acero inoxidable con forma de cuchillo biselado.

El diámetro suele variar de 0,6 mm a 1,2 mm.

Para un perforado más amplio, es preferible empezar con un preagujero para alcanzar gradualmente el diámetro deseado.

Mordaza de perforación

 

5. Limpieza y control

 

Una vez terminada la perforación, la perla se limpia para eliminar cualquier rastro de polvo nacarado.

Luego se inspecciona para comprobar la regularidad del orificio.

Si es necesario, los bordes del orificio se pulen ligeramente.

 

6. La perforación doble

Algunas perlas destinadas a pulseras o collares requieren una perforación doble.

En este caso, los dos puntos de entrada deben estar perfectamente alineados.

Los taladros destinados al perforado de perlas están equipados con un cardán que permite girar la perla y perforar exactamente en el punto opuesto al primer agujero.

Es imposible obtener un resultado satisfactorio sin este cardán.

Este tipo de perforación exige aún más precisión.

Mordaza de perforación

 

7. Acabado y montaje

 

Finalmente, la perla perforada está lista para montarse en una joya.

Puede fijarse en una varilla de oro, plata o acero, pegarse o atornillarse según el tipo de montura.

Cada joyero adapta el método a la forma de la perla y al diseño deseado.

Una vez montada, la perla revela todo su brillo y armonía, lista para lucirse como símbolo de la elegancia polinesia.

 

Conclusión

 

La perforación de una perla de Tahití es un arte en sí mismo, fruto de una larga experiencia y de una precisión extrema.

Desde la selección hasta el montaje, cada etapa requiere paciencia y respeto por los materiales.

Detrás de cada montaje hay un gesto experto que garantiza la puesta en valor perfecta de cada perla.